domingo, 5 de mayo de 2013

Las palabras y el significado

Las palabras son solamente símbolos y pueden o no expresar clara y completamente el significado de lo que intentan decir y, además, las palabras pueden ser entendidas de manera diferente a lo que el hablante intentó expresar. Las palabras no son diferentes ni no-diferentes del significado y el significado se sostiene en su relación misma con las palabras.

Si el significado fuera diferente de las palabras, no podría manifestarse a través de ellas; el significado es iluminado por las palabras como las cosas por una lámpara. Las palabras son como un hombre que lleva una lámpara para buscar algo de su propiedad, por la cual él puede decir cuando lo ve: ésta es mi propiedad. Así igualmente, a través de las palabras y discursos originados en la discriminación, el Bodhisattva puede entrar en el significado de las enseñanzas del Tathagata y a través de su significado puede entrar en el estado superior de la comprensión-propia de la Sabiduría Noble, el cual, en sí mismo, es libre de palabras discriminatorias. Pero si un hombre llega a estar apegado al significado literal de las palabras y se aferra a la ilusión de que las palabras y los significados están en acuerdo, especialmente en tales cosas como el Nirvana que no-nace y no-muere, o como las distinciones de los Vehículos, los Cinco Dharmas, las tres naturalezas propias, entonces fracasará en entender el significado verdadero, llegando a enredarse en afirmaciones y refutaciones. Exactamente como las variedades de objetos son vistos y discriminados en sueños y visiones, así las ideas y declaraciones son discriminadas erróneamente
y el error continúa multiplicándose.

El ignorante y necio declara que el significado no es otra cosa que palabras, que como son las palabras, así es el significado. Piensan que como el significado no tiene cuerpo propio, no puede ser diferente de las palabras y, por lo tanto, declara al significado idéntico a las palabras. En esto, ignora la naturaleza de las palabras, las cuales están sujetas a nacimiento y muerte, donde al mismo tiempo, el significado no lo es. Las palabras son dependientes de las letras y los significados no lo son; el significado está aparte de la existencia y la  no-existencia, no tiene sustrato, y es no-nacido. Los Tathagatas no alcanzan un Dharma que es dependiente de las letras. Cualquiera que enseñe una doctrina que dependa de las letras y palabras es un simple charlatán o palabrero, porque la Verdad está más allá de las letras, las palabras y los libros. Esto no quiere decir que las letras y libros nunca declaren lo que está en conformidad con el significado y la verdad, pero significa que las palabras y libros son dependientes de las discriminaciones, mientras que los significados y la verdad no lo son; es más, las palabras y los libros están sujetos a la interpretación de las mentes individuales, mientras que el significado y la verdad no lo están. Pero si la Verdad no fuera expresada con palabras y libros, las escrituras que contienen el significado de la Verdad desaparecerían, y si esto ocurriera no habría más discípulos y maestros, ni Bodhisattvas o Budas, y no habría nada que enseñar. Pero nadie debe apegarse a esas palabras de las escrituras porque incluso los textos canónicos algunas veces se desvían de su curso recto debido al funcionamiento imperfecto de las mentes sintientes. Los discursos religiosos que son ofrecidos por mí y otros Tathagatas en respuesta a las variadas necesidades y fes de todas las formas del ser, para poder liberaos de la dependencia en la función del sistema-mental-pensamiento, no son dados para que ocupen el lugar de la comprensión-propia de la Sabiduría Noble. Cuando hay un reconocimiento de que no hay nada en el mundo sino lo que es visto por la mente misma, todas las discriminaciones dualísticas serán descartadas y la verdad de la no-imagen será entendida, y se verá que está en conformidad con el significado, en lugar de las palabras y las letras.- Sutra Lańkāvatāra

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