martes, 7 de agosto de 2012

Atrapados por una Noción

El Buda nos ofreció una parábola muy interesante con referencia a las ideas y nociones. Un joven artesano llegó a su casa y vio que unos bandidos la habían robado y quemado. Justo afuera de lo que quedaba de la casa había un pequeño cuerpo carbonizado. Él pensó que el cuerpo pertenecía a su hijo pequeño, pues no sabía que su hijo todavía estaba vivo, ni que después de haber quemado la casa los bandidos se habían llevado al pequeño con ellos. En este estado de confusión, el artesano creyó que el cuerpo que había visto era él de su hijo. Así que lloró, se pegó en el pecho y se tiró los pelos de dolor. Entonces, comenzó la ceremonia de incineración.
Este hombre amaba mucho a su hijo; su hijo era la razón de ser de su vida. Él suspiraba tanto por su pequeño hijo que no podría abandonar sus cenizas, incluso por un momento. Así que hizo una bolsa de terciopelo y las guardó dentro, llevando la bolsa con él, día y noche a todas partes, ya fuera en el trabajo o en el descanso. Una noche, su hijo escapó de sus captores y se dirigió a la nueva casa que su padre había construido y tocó la puerta animadamente a las dos de la mañana. Su padre respondió tristemente, sosteniendo la bolsa en sus manos:
-¿Quién está ahí?
- ¡Soy yo, tu hijo! - respondió el niño a través de la puerta.
- Usted es una persona traviesa, usted no es mi hijo. Mi hijo murió hace tres meses, y tengo sus cenizas aquí conmigo.
El niño llorando y llorando, continuó tocando la puerta y suplicando una y otra vez que le abrieran, pero su padre continuó rehusando el dejarlo entrar. Él hombre se mantuvo firme en la noción de que su pequeño hijo estaba ya muerto y que ese niño que tocaba la puerta era un muchacho sin corazón que había venido a atormentarlo. Finalmente, el muchacho se fue y el padre perdió a su hijo para siempre.

El Buda dijo que si ustedes se aferraban a una idea y la consideraban ser ‘la verdad’, entonces, habían perdido la oportunidad de conocer ‘la verdad’. Incluso si la verdad viene en persona y toca a vuestra puerta, ustedes rehusarían abrir su mente. Así que si están encomendados y comprometidos a una idea acerca de la verdad, o a una idea acerca de las condiciones necesarias para su felicidad, sean precavidos y tenga cuidado. El primer Entrenamiento de la Atención Plena es acerca de la libertad de puntos de vista:

Conscientes del sufrimiento creado por el fanatismo y la intolerancia, estamos determinados a no idolatrar o a limitarnos a alguna doctrina, teoría, teología o ideología, incluso las budistas. Las enseñanzas budistas son medios que nos guían para ayudarnos en el aprendizaje de la observación profunda y el desarrollo de nuestro entendimiento y compasión. Ellas no son doctrinas para pelear, matar o morir por ellas.

Esta es una práctica para ayudar a liberarnos de la tendencia a ser dogmáticos. Nuestro mundo sufre mucho por las actitudes dogmáticas. El primer entrenamiento de la atención plena es importante para ayudarnos a permanecer personas libres. La libertad es sobre todo, la libertad de nuestras propias acciones y conceptos. Si nos quedamos atrapados en nuestras nociones y conceptos, podemos sufrir y también hacer sufrir aquellos que queremos. - TNH

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