Cuando se entiende claramente que no hay nada en el mundo sino lo que es visto por la mente misma, la discriminación no surgirá más, y el sabio estará establecido en su morada verdadera la cual es el reino de la quietud y de la tranquilidad. Los ignorantes discriminan y trabajan tratando de ajustarse ellos mismos a las condiciones externas, y son constantemente perturbados en la mente; las irrealidades son imaginadas y discriminadas, mientras las realidades no son vistas y son ignoradas. No es así con el sabio. Para ilustrar esta idea:
Lo que el ignorante ve es como la ciudad mágicamente creada de los Gandharvas, donde los niños, las calles y las casas, los mercaderes fantasmas y las personas que vienen y van son colocados artificialmente. Todo esto, calles y casas, personas que vienen y van, no se piensa en ellos como nacidos o aniquilados, porque en este caso no habría ninguna duda en cuanto a su existencia o no-existencia. De la misma manera, yo enseño que no hay nada hecho ni no-hecho; que no hay nada que tenga conexión con el nacimiento y la destrucción, excepto las nociones imaginarias de la realidad del mundo externo a las cuales el ignorante falsamente se apega. Cuando los objetos no son vistos y juzgados como verdaderamente son en sí mismos, hay discriminación y apego a las nociones de ser y no ser y a la individualidad de la naturaleza propia, y mientras estas nociones de individualidad y naturaleza propia persistan, los filósofos están limitados a explicar el mundo externo por una ley de causa-efecto.
Esta posición hace surgir la pregunta de una causa primera, a la cual los filósofos responden afirmando que su primera causa, Ishvara y los elementos primarios, son no-nacidos y no-aniquilados; posición que no tiene evidencia y es irracional.
Las personas ignorantes y los filósofos mundanos valoran una clase de no-nacimiento, pero esa clase de no-nacimiento no es la clase de no-nacimiento que yo enseño. Yo enseño lo no-nacido de la esencia del no-nacimiento de todas las cosas, enseñanza que está establecida en las mentes de los sabios a través de la comprensión propia de la Sabiduría Noble. Un caldero, el lodo, un contenedor, una rueda, o semillas, o elementos – estas son condiciones externas; la ignorancia, la discriminación, el apego, el hábito, el karma, - estas son condiciones internas. Cuando este universo completo se mire como una concatenación y nada más que eso, una concatenación (una interdependencia), entonces, la mente, con su aceptación paciente de la verdad de que todas las cosas son no-nacidas, ganará la tranquilidad o la paz.”
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